Aunque la manta ha sido tradicionalmente la gran protagonista del descanso invernal, de un tiempo a esta parte el nórdico ha ido ganando protagonismo por su ligereza, calidez y confortabilidad, hasta el punto de que la proporción actual de consumo es 65% edredones nórdicos frente al 35% mantas. Las razones hay que buscarlas en la textura, ligereza y calor que proporcionan, ya que abrigan tanto o más que las mantas pero son más cómodos y ligeros.
El relleno de un edredón marca la diferencia y es fundamental según el entorno en el que lo vayamos a utilizar porque define su poder aislante. Un edredón puede estar relleno por fibra hueca siliconada (imita a la pluma y el plumón, son transpirables y con tactos muy buenos). La principal ventaja se encuentra en que estos edredones se pueden lavar en la lavadora.
Otro relleno bastante habitual es el de pluma/plumón, ya que son los mejores aislantes térmicos que proceden de la naturaleza. Como pesan poco y ocupan bastante, la pluma crea una cámara de aire que aísla la temperatura del cuerpo exterior. Precisamente por ello en Resuinsa utilizan este material para el relleno de los edredones nórdicos.
A la hora de la compra
Hay modelos diferentes, más gruesos para el invierno y delgados para épocas de calor. Resuinsa tiene incluso el modelo Dúo, dos nórdicos con gramajes distintos unidos con corchetes, para que en función de la temperatura se utilicen por separado o los dos a la vez.
El Instituto Tecnológico Textil, AITEX certifica la resistencia térmica de los edredones nórdicos fabricados por la empresa Resuinsa, lo que garantiza la confortabilidad del producto. De esta manera Resuinsa puede validar la calidez de estos productos y dar respuesta a sus exigentes clientes europeos.