Great Place to Work, compañía de consultoría de Transformación Cultural y People Analytics, realizó el estudio “La Innovación está en todas partes”, en el que se analiza la relación directa entre la capacidad de innovación de las empresas y el grado de implicación de sus empleados en el proceso. El análisis revela que la Innovación se puede lograr con independencia del sector en el que opere una compañía, lo que determina el grado de novedad en una organización es su capacidad para implicar a todos los empleados en el proceso.
La consultora extrae de su análisis que la Innovación dependerá en un primer lugar de un liderazgo comprometido, es decir, aquel dispuesto a hacer sacrificios por obtener relaciones significativas. En segundo lugar, está estrechamente vinculada a la capacidad que tienen los empleados que están en contacto directo con los productos y servicios de aportar ideas y probar mejoras. Y, por último, la relación directa entre la Innovación y un liderazgo basado en una estrategia de “People first” o “Employee Centricity”.
Para llegar a estas conclusiones Great Place to Work investiga el grado de Innovación en los tres sectores que lideran el camino: el del cuidado de la salud, hostelería y el tecnológico.
En relación al sector de la Hostelería, el Ratio de Velocidad de Innovación de las compañías que tienen el reconocimiento de ser un Gran Lugar para Trabajar es 13.5 veces mayor que la media del sector. Esta industria se enfrenta a una necesidad inmediata de incorporar tecnología que les permita proporcionar una experiencia más personalizada, pero sin perder el toque humano. Las compañías hoteleras líderes están adoptando un servicio basado en la capacidad que tienen todos sus empleados de innovar.
El Ratio de Velocidad de Innovación
Great Place to Work ha creado el Ratio de Velocidad de Innovación (IVR) como una métrica para analizar la capacidad de una organización para innovar, basada en la proporción de los empleados que participan en generar nuevas ideas. Es decir, es una medida que representa el número de empleados que se sienten dispuestos y capaces de innovar frente a la relación del número de empleados que no están predispuestos a hacerlo.
Según revela la consultora, existen tres niveles de Innovación. Un nivel de Innovación acelerado, cuyo IVR es de 5.5, es decir que, de cada once empleados dispuestos a tirar del carro de la Innovación, dos suponen un freno. Un segundo nivel, el de Innovación funcional, cuyo IVR es de 2.5, es decir, que de cada cinco empleados que innovan, dos no lo hacen. Y, por último, el grado de Innovación de Fricción cuyo IVR es de 1.5 lo que significa que de tres empleados que innovan, dos suponen un obstáculo para conseguirlo.