Por David Santamans, director comercial de Dosilet
¿Qué ha supuesto para la industria del equipamiento y la maquinaria hostelera la crisis producida por el Covid-19? Primero, una bofetada. Una caída de ventas sin precedentes. Después, un punto de inflexión. Todo ha cambiado vertiginosamente y nos obliga a adaptarnos a la misma velocidad. De todo lo que hacíamos hasta ahora, debemos analizar bien (y rápido) qué sirve y qué no. E introducir cambios tanto en las máquinas que fabricamos y como en su distribución acordes con las nuevas necesidades de la hostelería y restauración.
¿Cómo se evolucionará en 2021? Los hosteleros y restauradores están muy centrados ahora en el delivery y take away, que suponen atender picos de demanda con menos personal y con inversiones de capital mínimas dados los ERTEs y la caída de facturación. Prestarán máximo interés a aquellos equipos que les permitan optimizar estos dos servicios. En cuanto a la distribución, la Covid-19 nos ha mostrado algunos puntos débiles de la globalización como el corte de suministro de proveedores internacionales o el temor fundado de que el cambio climático puede favorecer futuras pandemias. Ninguna máquina importada de EEUU o China en barcos portacontenedores puede ser ecofriendly. Por mucho que en su etiqueta lo afirme. Hay que promover la venta de maquinaria local para ser coherentes: las campañas «alimentos km 0» se quedan cortas.
Actualmente, los modelos de restauración que ofrecen comida saludable de manera sostenible, on-line y a domicilio tienen más posibilidades de prosperar. Su apuesta por el delivery, take away o dark kitchens debe ir acompañada de una profunda revisión de los protocolos de funcionamiento interno y de la inversión en los recursos necesarios de transformación digital, publicidad, logística de transporte o equipamiento de sus cocinas.