En Repagas siempre se ha abogado por la fabricación nacional. Dicen desde la empresa que tiene «innegables ventajas como son una capacidad de respuesta superior, un gran conocimiento de su cliente por pura proximidad y, sobre todo, una mejor forma de entender sus necesidades porque ‘hablamos el mismo lenguaje’. En España se fabrica mucho y bien, y se arropa al cliente de una forma más empática y cordial que la que tienen los fabricantes externos. El mercado es el mismo para todos y si bien los que ‘ya estamos aquí’ podemos tener una ventaja inicial también es cierto que otros que vienen de fuera pueden tener mejores precios o mayor renombre internacional por lo que, en mi opinión, al final en términos de competir en igualdad o no de condiciones, todo tiende a igualarse» dice Sergio Isabel, director comercial de la firma.
En estas condiciones, el producto nacional es apreciado y valorado, pero no lo hace solo; «hay que salir a venderlo en un entorno que cada vez es más hostil porque todo es más global». Ahora llegan competidores que antes no llegaban, el usuario final es mucho más visible y se implica más activamente que nunca en la maquinaria que quiere para su negocio, hay muchos más actores que han segmentado mucho más la venta, la cadena no es tan simple como lo era antes…
Y en medio de todo esto, una pandemia, que afirman desde Repagas «Como todas las crisis, sean de la índole que sean, la pandemia traerá cosas buenas y cosas malas. Obviamente mucha gente se verá tan perjudicada que su negocio no sobrevivirá, esa es la parte más negativa y ojalá sea lo más pequeña posible, pero es inevitable. Pero por otro lado las empresas que sigan adelante, aunque con dificultadas, saldrán fortalecidas».
