Por Clara Román
El pasado mes de junio elbulli1846 abrió sus puertas por primera vez al público para llevar el legado y el conocimiento culinario del reconocido restaurante elBulli a lo más alto. Este museo nació con el objetivo de abrir caminos, fomentar la innovación y generar contenido de calidad para la educación y el autoaprendizaje de la restauración gastronómica.
El museo ha sido creado en el mismo sitio que vio nacer al restaurante: la cala Montjoi, en el Parque Natural Cap de Creus. Para el diseño de interiorismo y la museografía de este original proyecto ha contado con el estudio Smart and Green Design.
En Mab Hostelero os compartimos unas declaraciones de Fernando Muñoz, el director del estudio, acerca del diseño y concepción del museo, las fases del proyecto, y las claves a la hora de crear un enclave lleno de conocimiento e historia como es elBulli1846.
En palabras del arquitecto y museógrafo, elBulli1846 es un “espacio híbrido que cambia la perspectiva respecto a la gastronomía y a la cocina de quien lo visita”. Por eso mismo, desde el estudio consideran que es “un proyecto totalmente disruptivo e innovador” y esperan que tenga “un gran impacto internacional”.
El legado de elBulli, al alcance de todos
Para comenzar a analizar en profundidad este proyecto, es imprescindible tener en cuenta su ubicación única: la Cala Montjoi, que se encuentra en el Parque Natural Cap de Creus, en Gerona. El lugar donde se emplaza el museo tiene mucha importancia porque marca el inicio del viaje experiencial de los visitantes al museo.
De hecho, para Fernando Muñoz el diseño de la zona exterior del museo fue uno de los mayores retos. “La parte exterior es la más espectacular, y la que nos requirió un mayor grado de creatividad”, declara el entrevistado.
El reto vino en parte por aspectos como el clima específico de la zona, ya que “impone una serie de condicionantes de mantenimiento, sobre todo por los vientos de la tramontana, que hacen que las intervenciones tengan que ser muy sólidas y resistentes”.
En este sentido, el estudio del terreno y de las infinitas posibilidades que les brindaba el paisaje fue uno de los pasos claves en el proyecto de diseño del museo. Desde el principio se profundizó en sus características, ya que Cap de Creus tiene una configuración geológica singular, con una serie de estructuras geológicas que forman un conjunto que es único en el mundo.
Un terreno único que hace cada visita especial
“El objetivo principal de la intervención museográfica exterior ha sido integrarse con la naturaleza. No queríamos que la zona se convirtiese en una especie de parque temático o de feria, sino más bien todo lo contrario. Buscábamos que, desde una vista de pájaro, no se diferenciara si estas construcciones realmente estaban hechas por el ser humano o si eran respuesta a accidentes o situaciones geológicas específicas”, comenta Fernando Muñoz.
De esta manera, en esta zona se crearon unas instalaciones museográficas que se mimetizaban con el entorno natural. Con esto se ha conseguido que la visita, que comienza con un recorrido exterior, sea una de las partes más sorprendentes debido a su autenticidad y su simbiosis con el paisaje.
Así lo explica el museógrafo: “Es una experiencia única que está condicionada por la naturaleza y que es diferente en función del día y de la hora a la que sea la visita. Además, esto posibilita que cada visita genere más visitas, ya que el público querrá volver para descubrir más capas de contenido dentro del espacio, por lo que pensamos que el museo se puede convertir en un sitio recurrente anual”.
Materializar el conocimiento culinario de elBulli
Al sumergirse en el proyecto, el equipo de Smart and Green Design recuperó todos los datos y conocimiento que existía sobre el restaurante y con ello creó todo un sistema de lenguaje que permitiera construir un discurso que a nivel formal fuera estable y que estuviera presente en toda la experiencia.
Así, otro de los mayores retos fue el de “materializar cuestiones intangibles y conectar siempre con la idea del aprendizaje”. Como ejemplo, Fernando Muñoz nos habla de una instalación que consiste en diferentes estanterías al aire libre con algunos de los volúmenes que ha editado la Bullipedia.
Según nos cuenta Fernando Muñoz: “Para nosotros era muy importante que las instalaciones, aparte de ofrecer contenidos, fueran en sí mismas dinamizadoras de actividades paralelas, y que siempre estuviera en segundo plano con respecto a la topografía y el paisaje, que no estorbaran las vistas”.
El director del Smart and Green Design pone como ejemplo otra instalación: el bosque de preguntas. Este recorre toda la parcela y engloba unas 200 preguntas en elementos gráficos verticales, que recrean un bosque de conocimiento y que, de nuevo, “conecta con la idea de que el conocimiento y el aprendizaje se producen de forma natural en un entorno inspirador”.
Tres edificios diferenciados forman parte del museo
ElBulli1846 cuenta con tres edificios que forman parte del museo. El primero de ellos es el restaurante original de elBulli con su cocina y terraza, que es una de las zonas más fotografiadas de la historia de elBulli.
Después la visita pasa por un edificio de nueva planta, dedicado a las relaciones interdisciplinares, en el que a través de cientos de documentos y objetos originales se plasma la relación de elBulli con artistas, científicos, diseñadores, etc. “En esta zona hemos querido resaltar el papel de elBulli en la creación y en la difusión de congresos de cocina y gastronomía”, afirma Fernando Muñoz.
Por último, está el edificio de elBulli DNA, un espacio con zona de exposición que reúne todos los proyectos de investigación de elBulli desde 2011 y que, cuando se cierra al público, se convierte en una sala de reuniones y de desarrollo de nuevos proyectos.
El museo resalta la labor de investigación de elBulli
“En la parte interior del museo hemos querido crear un sistema basado en la esencia de elBulli: los procesos de investigación”, comenta Fernando Muñoz. Así, en el museo elBulli1846 se presta mucha atención a todos los conocimientos y documentación sobre gastronomía que han salido del restaurante y que se han desarrollado en su área de investigación.
Para lograr el diseño del museo, el equipo de Smart and Green Design ha trabajado mano a mano con el equipo de Ferran Adriá durante más de tres años. “Desde el principio, la estructura de la narrativa ha estado muy clara. Hemos querido que la parte exterior respondiera a conceptos más globales, y que en el interior se hablara más de gastronomía. Así, la arquitectura corresponde a bloques temáticos que permiten que sea fácil deambular por el espacio y que son, además, autónomos. Esto hace que no haya un orden estricto en el que realizar la visita dentro del museo”, explica el diseñador.
A modo de conclusión, Fernando Muñoz valora muy positivamente esta experiencia profesional para el estudio, gracias a la cual han podido sumergirse en el mundo de la gastronomía y comprender de primera mano la importancia de elBulli: “Trabajar junto al equipo de Ferran Adriá nos ha permitido dar un paso hacia adelante en nuestra proyección y ha sido todo un aprendizaje. Su búsqueda permanente de la excelencia y el no dar por sentado nada nos ha ayudado a encontrar la mejor manera de exponer la historia y legado del restaurante”.