Lo primero, ¿qué es un restaurante kid-friendly? Pues ni más ni menos que un establecimiento de comida al que poder acudir con niños sin quebraderos de cabeza, en el que tanto los padres como los más pequeños de la casa puedan disfrutar de la salida.
Este concepto procede de los países nórdicos, donde los niños tienen reservada una zona exclusiva en numerosos cafés y restaurantes. Sin duda, es una buena opción para incrementar el target del restaurante, puesto que a los adultos no les dará tanta pereza el salir de casa. Pero, ¿qué debe incluir un restaurante kid-friendly? Aquí te proponemos cuatro ideas con las que poder conseguirlo:
1. Zonas lúdicas
Una de las cosas que más valoran los padres cuando salen a comer o cenar fuera de casa es poder estar tranquilos respecto a sus niños y que estos estén entretenidos. Incluir un área de juegos, una piscina de bolas, una pista americana, parques infantiles o simplemente una terraza con espacios amplios servirán para que los mayores puedan relajarse sin perder de vista a sus hijos (o incluso unirse a ellos si les apetece divertirse un poco y recuperar ese niño interior). Por ejemplo, los restaurantes Muerde la Pasta han acondicionado una zona de recreo infantil, el Pasta Park, que cuenta con toboganes, colchonetas, entre otros elementos.
2. Animadores
Por si tener un espacio en el que recrearse no fuera suficiente, hay establecimientos que contratan animadores para realizar juegos y talleres que mantengan a los niños entretenidos con alguna actividad, pudiendo ser esta incluso educativa.
3. Menús nutritivos
Otro aspecto importante que tienen en cuenta los padres es la alimentación. Que un restaurante disponga de menús variados, nutritivos y sanos le otorga un plus de confianza. Si, además, les dan un toque divertido, como que los alimentos de los platos formen dibujos, hay más posibilidades de que los niños se lo coman todo sin rechistar (o casi todo).
4. Dividir el espacio por edades
En el caso de los locales que estén destinados exclusivamente a los niños, podría ser una buena opción el dividir el espacio según las diferentes edades que estos puedan tener, puesto que está claro que a cada edad se prefieren unas actividades u otras y se tienen diferentes intereses. Para evitar conflictos e incomodidades, puede haber una zona para los menores de cinco años, otra para los que superen esta edad, otra para bebés (incluso un espacio para las embarazadas) y una última para adolescentes.
5. Evitar tardanzas al servir la comida
Por último, es bien sabido que los niños no suelen tener mucha paciencia, así que si no se tarda mucho en servirles la comida podrán evitarse los berrinches y pataletas que pueda ocasionar su desesperación.